Sabía que por todas las razones aquella luz no me llevaría a nada bueno, pero, por alguna razón decidí estrechar mi mano a ella. Cuando lo hice viajé en cuestión de segundos a un lugar de quién sabe qué sitio del cosmos. Y allí un círculo rodeador compuesto por miles de engendros con ciclópeas cabezas, ojos cosidos y bocas desgarradas, comenzaron a despojarme de mis carnes hasta el punto de que la agonía me consumiera y mi vida sólo fuera un rumor del pasado.
Los despojadores por Damian Fryderup se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en almascondenadas-df.blogspot.com.
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